Los "muñecos" holandeses de ayer eran diabólicos (¡Qué manera de repartir leña! Y el árbitro indigno de una final mundialista)
Lo viví en La Manga y con vecinos holandeses abajo, y fiesta de la urbanización de al lado (pantalla gigante incluída). Puesto de camiseta oficial, entre caras pintadas de rojigualda, con el gol cogí mi bandera, colocada con su mástil en un extremo de la terraza de mi casa, al tiempo que decía: "Siiiiiií". Y mis gritos se oyeron hasta en el otro lado del Mar Menor.
7 comentarios:
Mejor no dejar la Wunderkammer con una casa de muñecas holandesa... ¿Qué será, será?...
¡Viva España!
Me gusta, me gusta. Te copio ya mismo ;)
¡Genial! ¡¡Es-pa-ña, Es-pa-ña!!! ¡¡¡Qué nerviooossss!!!
¡¡¡SOMOS CAMPEONEESSS!!! ¡Qué emocióóónnnnn!!!!!
¡Olééééééééé!
Los "muñecos" holandeses de ayer eran diabólicos (¡Qué manera de repartir leña! Y el árbitro indigno de una final mundialista)
Lo viví en La Manga y con vecinos holandeses abajo, y fiesta de la urbanización de al lado (pantalla gigante incluída). Puesto de camiseta oficial, entre caras pintadas de rojigualda, con el gol cogí mi bandera, colocada con su mástil en un extremo de la terraza de mi casa, al tiempo que decía: "Siiiiiií". Y mis gritos se oyeron hasta en el otro lado del Mar Menor.
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