viernes, 31 de octubre de 2008

Otoño en Murcia


Bonito despertar. Lluvia con sol y como colofón un tímido arco iris.

Y aunque ahora hace frío y el viento sopla fuerte, me viene el sentimiento del despertar.

Sientes que la vida te habla y te hace un pequeño guiño.

Y entonces una le saluda mientras piensa en la suerte que tiene de vivir. Y de vivir en Murcia.

viernes, 24 de octubre de 2008

El encuentro de Jane y Mr. Rochester










"Sobre lo alto de la colina comenzaba a levantarse la luna, pálida aún como una ligera nube (...) Un bronco ruido de fuertes pisadas rompió el encanto de aquellos dulces rumores, como, en una pintura, el negro perfil de un roble o de un peñasco colocado en primer término rompe la armonía de los azules montes lejanos, de los suaves horizontes... Era evidente que un caballo galopaba por el camino (...).
No se trataba, pues, de duende alguno, sino de algún viajero que por el atajo se dirigía a Millcote. Pasó ante mí y yo dejé de mirarle; mas a los pocos instantes oí un juramento y el ruido de una caída (...) El animal había resbalado en el hielo que cubría el camino y hombre y caballo se habían desplomado en tierra. El perro acudió corriendo y, viendo a su amo en el suelo y oyendo relinchar al caballo, comenzó a ladrar con tal fuerza, que todos los ámbitos del horizonte resonaron con sus ladridos. Giró alrededor del grupo de los dos caídos y luego se dirigió hacia mí, como única ayuda que veía a mano. Era todo lo que él podía hacer. Yo, atendiendo su tácita invitación, me dirigí hacia el viajero, que en aquel momento luchaba por desembarazarse del estribo. Se movía con tanto vigor, que supuso que no se había lesionado mucho, pero, no obstante, le pregunté: ¿Se ha hecho daño? Me pareció que juraba de nuevo, pero no puedo asegurarlo. De todos modos, es indudable que profería para sí algunas palabras que le impedían contestarme. - ¿Puedo ayudarle en algo? - continué. "Quitándose de en medio"- contestó (...) A la última claridad del día y a la primera de la luna, pude examinar a aquel hombre. Bajo el gabán que vestía, podía apreciarse la vigorosa complexión de su cuerpo. Tenía el rostro moreno, los rasgos acusados y las cejas espesas. Debía de contar unos treinta y cinco años (...) Experimentaba una admiración teórica por la belleza, la fascinación y la elegancia, pero reconocía las escasas probabilidades de que un hombre que reuniese tales dotes me mirase con agrado sin ulterior mal pensamiento. Así, pues, si aquel viajero me hubiera contestado amablemente, si hubiera recibido con agradecimiento o declinado con amabilidad la oferta de mis servicios, seguramente yo me habría apresurado a alejarme. Pero su aspereza me hacía sentirme segura, y por ello, en vez de marcharme insistí: "- No le dejaré solo, señor, en esa forma y en este camino solitario, hasta que no lo vea montado". Me miró (...) - Usted no es, desde luego, una criada... - dijo. Lanzó una ojeada a mis vestidos, tan sencillos como siempre: un abrigo negro y un sombrero negro, no muy elegantes. Pareció quedar perplejo. Yo le ayudé a comprender: - Soy la institutriz. "- ¡La institutriz! ¡El diablo me lleve si no me había olvidado de...! ¡La institutriz!". Volvió a examinarme con la mirada. Luego comenzó a andar, dando evidentes muestras de que sentía fuerte dolores (...) Cogí mi manguito y me puse en marcha. El incidente había pasado ya para mí. Aunque poco novelesco y nada importante, había significado, sin embargo, un cambio, aunque breve, en mi monótona vida. Mi ayuda había sido solicitada y útil y me alegraba de haberla podido prestar. Por trivial que aquel hecho pareciese, daba alguna actividad a mi pasiva existencia, era un cuadro más introducido en el museo de mi memoria, y un cuadro diferente a los habituales, porque su protagonista era varón, fuerte y moreno."

Charlotte Brontë, Jane Eyre (1847).

Dedico esta entrada a mi amiga Athena (Un blog y punto) y a nuestra afición por la literatura inglesa del siglo XIX. Escojo el párrafo en que se encuentran por vez primera Jane Eyre y el señor Rochester. Un momento mágico, trascendental en sus vidas. No lo sabemos todavía pero para él, según declarará más adelante, el encuentro es eléctrico y determinante. Un auténtico flechazo y uno de los episodios más románticos de la historia de la literatura.

martes, 21 de octubre de 2008

Felicidades, amigo





Leyendo a Antonio Rentero he pensado en hacer una pequeña entrada dedicada a uno de mis actores favoritos, Viggo Mortensen. Ayer fue su cumpleaños y por eso no podemos dejar de felicitarlo. No es que tenga mucho tiempo y por eso prometo revisarla con más calma y en momentos más inspirados.

Me fascinó en El Señor de los Anillos. Cuando oí que sería el Capitán Alatriste supe dese el primer momento que bordaría el papel, como así fue. Contrariamente a los detractores que criticaron el acento, a mí me pareció que le daba como más humanidad ? (sé que no es la palabra) al ya de por sí atrayente personaje de Pérez Reverte.

Pero la película que definitivamente me hizo quitarme el sombrero fue Promesas del Este del canadiense Cronenberg. Una de esas películas que son como joyas, cuando antes tienes que tragarte tropecientas en el cine para poder esperar a que llegue una que merezca realmente la pena. Cómo no, disfrute la secuencia de la pelea en los baños, pero sobre todo cómo su personaje cobraba vida. Probablemente parte de su éxito sean esos ojos profundos que parecen mostrar el alma, ojos con los que está constantemente dialogando. Eso sólo le ocurre a los grandes actores, como le pasa a Daniel Day-Lewis.

Su vida ya de por sí me parece fascinante. No sólo por ser de padre danés, por haber nacido en Nueva York, por haber vivido en Argentina hasta los once años... sino también porque es una persona muy espiritual, un artista, que escribe y pinta y no sé cuántas cosas más. Cuando lo he oído en las entrevistas que le han hecho en España en la televisión, pero especialmente en la radio, parezco sufrir una especie de encantamiento escuchando esa voz tan profunda y pausada, expresándose siempre con absoluto respeto y con una actitud de humildad, en un perfecto español.

Acaba de cumplir cincuenta años y ha dicho que iba a pasar su cumpleaños meditando. Definitivamente, debe de ser de esas personas que merecería la pena conocer y de las que uno se sentiría orgulloso de tener como amigo. Gracias, Viggo.

domingo, 19 de octubre de 2008

La paciente espera






En las cosas, en la naturaleza, encuentra la mirada mundos profundos, llenos de emoción. Una subjetividad mística, que sólo se capta después de una paciente espera llena de meditación.

Sontag decía que la fotografía es un esfuerzo heroico de atención, una disciplina ascética, una receptividad mística ante el mundo.

Stieglitz hablaba de la paciente espera del momento del equilibrio. Un equilibrio al que Robert Frank vendría a denominar el momento intersticial.

Me quedo con los paisajes profudamente meditados de Carlos Moisés García, que capturan el aura de las cosas, de la materia, de la energía.

Decía Benjamin que el aura es "una trama muy particular de espacio y tiempo", la "irrepetible aparición de una lejanía", "seguir con toda calma en el horizonte, en un mediodía de verano, la línea de una cordillera o una rama que arroja su sombra, sobre quien la contempla hasta que el
instante o la hora participan de su aparición, eso es aspirar el aura de esas montañas, de esa rama".

sábado, 4 de octubre de 2008

Los incombustibles






I'm taking a ride
With my best friend
I hope he never lets me down again
He knows where he's taking me
Taking me where I want to be
I'm taking a ride
With my best friend

We're flying high
We're watching the world pass us by
Never want to come down
Never want to put my feet back down
On the ground

I'm taking a ride
With my best friend
I hope he never lets me down again
Promises me I'm as safe as houses
As long as I remember who's wearing the trousers
I hope he never lets me down again

Never let me down

See the stars they're shining bright
Everything's alright tonight

En el caso Depeche es increíblemente difícil quedarse con una canción, con un álbum, con un video. Por eso elijo Never let me down again, porque está en la lista de best song y best video. Aunque el video que probablemente más vi en su momento fue People are people. Sé que la década de los noventa es la cumbre, cuando el resto del mundo se unió a los que éramos minoría, leáse los USA, sé que el nuevo milenio es el no va más, pero como buena y vieja ochentera escojo el album que más he escuchado, Black Celebration junto con, codo con codo, Some Great Reward - que tiene temas como Shake the Disease, It´s called a heart, Master and Servants.

Aún así reconozco que lo que más sintetiza al DM de los ochenta, ya que recoge los mejores temas, es el 101, que venía a incluir también el Music for the Masses.

Eran años en los que todo buen fan Depeche buscaba como loco los maxis singles, pues las caras B estaban pensadas para los coleccionistas, con temas inéditos, tan buenos como But not Tonight, Route 66 o In a Manner of Speaking, por citar sólo algunos de ellos.



jueves, 2 de octubre de 2008

Una declaración (II)




"I can listen no longer in silence. I must speak to you by such means as are within my reach. You pierce my soul. I am half agony, half hope. Tell me not that I am too late, that such precious feelings are gone for ever. I offer myself to you again with a heart even more your own than when you almost broke it, eight years and a half ago. Dare not say that man forgets sooner than woman, that his love has an earlier death. I have loved none but you. Unjust I may have been, weak and resentful I have been, but never inconstant. You alone have brought me to Bath. For you alone, I think and plan. Have you not seen this? Can you fail to have understood my wishes? I had not waited even these ten days, could I have read your feelings, as I think you must have penetrated mine. I can hardly write. I am every instant hearing something which overpowers me. You sink your voice, but I can distinguish the tones of that voice when they would be lost on others. Too good, too excellent creature! You do us justice, indeed. You do believe that there is true attachment and constancy among men. Believe it to be most fervent, most undeviating, in
F. W."
Persuasión, Jane Austen (1818)

Arquitectura y Moralidad







MAID OF ORLEANS

If Joan of Arc

Had a heart

Would she give it as a gift

To such as me
Who longs to see

How an angel ought to be

Her dream's to give

Her heart away

Like an orphan on a wave

She cared so much

She offered up

Her body to the grave



JOAN OF ARC

A little catholic girl
Who's fallen in love

A face on a page

A gift from above

She should have known better

Than to giver her heart

She should have known better

Than to ever part

Without me
Without me ...
Now listen Joan of Arc

All you gotta do

Is say the right words

And I'll be coming through

Hold you in my arms
And take you

Right away


¿Cuántas veces habré escuchado Arquitectura y Moralidad?
Incontables. Nunca me cansaré.

Recuerdo el impecable video de Maid of Orleans, con Juana de Arco sobre el caballo, en un paisaje de nieve. Las bóvedas y los muros de una arquitectura gótica. Y Paul y Andy jugando al ajedrez delante de una chimenea.

Es uno de los mejores video clips de los años ochenta, si no el mejor, y fue dirigido por el gran Steve Barron, autor, entre otros, de videos tan buenos como el premiado Take on me de los A-ha, Lifeline de Spandau Ballet, Mad World de Tears for Fears o algunos de los Dire Straits.

Por esos años también leí un libro sobre Juana de Arco y Gilles de Rais que me fascinó. Era la contraposición del bien y el mal y hablaba de un amor platónico e imposible, la atracción que sentía el Mal con mayúsculas, representado por el Barba Azul De Rais, uno de los primeros psicópatas más sanguinarios conocidos en la historia, por la famosa santa francesa. El libro cayó en mis manos gracias a mi amiga MMar y a la estupenda biblioteca de su padre. No sé quién sería su autor pero indagando ahora bien podría ser el escrito por Michel Tournier (Gilles et Jeanne, 1983).

Insuperable






Como ella no hay nadie ni nunca lo habrá.