El otro día pusieron en un canal regional una película formidable, Tú y yo (Love Affair, Leo McClarey, 1939) tantas veces versionada después con desiguales resultados o aludida en algunas de sus secuencias más famosas, como la de ese romántico encuentro que finalmente no se produce en el Empire State Building, en la estupenda Algo para recordar (Slepless in Seattle, Nora Ephron, 1993), como nos hablaba hace unos días en su blog William Rutland.
Aquella película, la primera de todas, tuvo seis nominaciones de la Academia aunque no se llevó ninguno de estos premios porque fue el año de Lo que el viento se llevó, que los acaparó casi todos. Debería haber ganado la estatuilla al mejor guión original porque la historia era realmente buena, como han demostrado los remakes posteriores, como el de 1957 por el mismo director e interpretada por Deborah Kerr y Cary Grant o la muy floja de 1994 con Annette Benning y Warren Beatty. Lo único reseñable de ésta última es que constituye la última aparición en el cine de Katherine Hepburn.
Ni que decir tiene que la versión de 1939 fue la mejor de todas. Irene Dunne y Charles Boyer están fantásticos y hay secuencias extraordinarias en las que ambos dicen tantas cosas con solo mirarse... como ese primer encuentro en el barco o el último de todos, cuando ella está postrada en el sofá, él llega resentido porque ella nunca llegó a la cita y finalmente se da cuenta de que era imposible porque ellá está discapacitada. Es una de las secuencias más románticas del cine clásico.
Michel (Charles Boyer):
“Si tenía que pasarle algo a uno de los dos, ¿por qué tenías que ser tú?”
Terry (Irene Dunne):
“No me mires así. No es culpa de nadie, sólo mía. Yo estaba mirando hacia lo alto, a la planta 102. Era lo más cercano al cielo. ¿Comprendes? Tú estabas allí”
Otro momento que me gusta mucho de la película es cuando Terry y Michel visitan a la abuela Janou en Madeira y ésta toca al piano Plaisir d'Amour, música del siglo XVIII de Florian y Martini ("Plaisir d'amour ne dure qu'un moment, chagrin d'amour dure toute la vie...") que sirvió de inspiración para Can't Help Falling in Love with You, que todos recordamos cantada por Elvis. Pero la canción es interrumpida por el sonido del trasanlántico que anuncia que el viaje continúa pero que para la abuela es como una premonición de las nubes negras que se avienen en el romance de la pareja. Por mucho que me guste Cary Grant no hay color con respecto a la interpretación de Charles Boyer, sobre todo en esta secuencia. Lo mismo ocurre con Irene Dunne que es mucho más expresiva.
Aquella película, la primera de todas, tuvo seis nominaciones de la Academia aunque no se llevó ninguno de estos premios porque fue el año de Lo que el viento se llevó, que los acaparó casi todos. Debería haber ganado la estatuilla al mejor guión original porque la historia era realmente buena, como han demostrado los remakes posteriores, como el de 1957 por el mismo director e interpretada por Deborah Kerr y Cary Grant o la muy floja de 1994 con Annette Benning y Warren Beatty. Lo único reseñable de ésta última es que constituye la última aparición en el cine de Katherine Hepburn.
Ni que decir tiene que la versión de 1939 fue la mejor de todas. Irene Dunne y Charles Boyer están fantásticos y hay secuencias extraordinarias en las que ambos dicen tantas cosas con solo mirarse... como ese primer encuentro en el barco o el último de todos, cuando ella está postrada en el sofá, él llega resentido porque ella nunca llegó a la cita y finalmente se da cuenta de que era imposible porque ellá está discapacitada. Es una de las secuencias más románticas del cine clásico.
Michel (Charles Boyer):
“Si tenía que pasarle algo a uno de los dos, ¿por qué tenías que ser tú?”
Terry (Irene Dunne):
“No me mires así. No es culpa de nadie, sólo mía. Yo estaba mirando hacia lo alto, a la planta 102. Era lo más cercano al cielo. ¿Comprendes? Tú estabas allí”
Otro momento que me gusta mucho de la película es cuando Terry y Michel visitan a la abuela Janou en Madeira y ésta toca al piano Plaisir d'Amour, música del siglo XVIII de Florian y Martini ("Plaisir d'amour ne dure qu'un moment, chagrin d'amour dure toute la vie...") que sirvió de inspiración para Can't Help Falling in Love with You, que todos recordamos cantada por Elvis. Pero la canción es interrumpida por el sonido del trasanlántico que anuncia que el viaje continúa pero que para la abuela es como una premonición de las nubes negras que se avienen en el romance de la pareja. Por mucho que me guste Cary Grant no hay color con respecto a la interpretación de Charles Boyer, sobre todo en esta secuencia. Lo mismo ocurre con Irene Dunne que es mucho más expresiva.
Tanto el director como sus protagonistas confesaron que Tú y yo se encontraba entre las favoritas de las realizadas a lo largo de sus vidas. No es de extrañar... es una gran película y la mejor nunca realizada en torno a un viaje en crucero a bordo de un lujoso trasatlántico.
11 comentarios:
Has elegido un título formidable de la historia del cine. Eso sí, no tengo tan claro que la versión del 57 sea inferior a la primera. Es más, creo que Deborah Kerr está insuperable. De todas formas, creo que es imposible encontrar dos películas que compartan el mismo guión y, como sucede aquí, ambas alcancen esta excelencia.
Saludos, Wunderk
P.
Es verdad, Durandarte, es raro que una película con el mismo guión pueda ser tan buena en dos versiones diferentes...
Por aquí me recordaban el fracaso de la Psicosis de 1998, a pesar de no haber sido variado el guión (tan sólo para actualizar una cifra relativa al dinero).
Me costó trabajo encontrar las secuencias para comparar las versiones del 39 y del 57 pero ha merecido la pena la búsqueda. Desde que las he recopilado en la Wunderkammer las he visto ya unas cuantas veces...
Siguiendo con las versiones, a mí me sorprendió ver "El prisionero de Zenda" protagonizada por Ronald Coldman y Madeleine Carroll después de ver mil y una vez la de 1952. Yo tenía a la de John Thorpe como un referente y resulta que es igual, plano por plano e incluso banda sonor,a a la de 1937. ¡Y me gustan las dos! Supongo que la razón es que tanto Stewart Granger como Ronald Coldman me gustan. Todos los actores que salen en cada una de las versiones me parecen estupendos.
Volviendo a "Tú y yo", sólo vi la versión de 1957. Al leer este post me han entrado ganas de revisitar otro clásico: "Breve encuentro". Me la acabo de bajar para poder verla un algún día de estos.
Sí, Athena, otro buen ejemplo...
Qué buena idea revisitar Breve encuentro, yo apenas me acuerdo. Me encantaría verla. La que creo que se basa en esa película es Enamorarse, la que protagonizaban Robert de Niro y Meryl Streep, que siempre me gustó. Qué buena pareja hacían.
No recuerdo bien la de Ronald Colman; así unas cerezas tiran de las otras, y ahora tendré que buscarla.
"Breve encuentro" es maravillosa, mágica.
Saludos
P.
Pues igualica igualica que la protagonizada por Stewart Granger. Eso sí, a Granger le sientan mejor las mallas ;)
Y una curiosidad: el papel de James Mason es interpretado en la versión antigua por Douglas Fairbanks Jr.
A mí también me gustaba Stewart Granger, sobre todo en Scaramouche.
En "Scaramouche" luce las mallas como nadie, je, je, je. Mel Ferrer parece un insecto a su lado.
;)
Yo en "Scaramouche" solo tengo ojos para mi Eleanor Parker...
No he visto la primera versión de Leo McClarey, sí la segunda, que me pareció estupenda, especialmente Deborah Kerr (como curiosidad diré que tengo una amiga que se llama Débora porque a su madre le encantaban las películas de la Kerr, ;) El cura decía que eso no era un nombre cristiano, aunque sí hebreo, y le pusieron María Débora)
Y estoy de acuerdo en que de la versión última lo único que se salva, es Katherine Hepburn
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