He aquí dos fragmentos de dos obras maestras que tienen un punto de unión, la metáfora de la liberación, de la superación de la infancia.
Como la niña al otro lado de la puerta del Hotel des Folies Dramatiques, que espía el artista a través de la cerradura en La sangre de un poeta de Jean Cocteau (1932). La de la habitación 21, la de las "Lecciones de vuelo"... aquella niña que una vez que llega hasta el techo ya no quiere bajar y se burla de su dominadora.
O como el pequeño Antoine Doinel de los Cuatrocientos golpes (1959) de François Truffaut, cuando también parece volar en el tambor giratorio... Uno de los participantes del "vuelo" es el mismo Truffaut, por lo que el director va rodando junto con Doinel, su alter ego...
Y cuando uno ha aprendido a volar... ¿cómo bajará del techo? ¿cuándo parará de dar vueltas y vueltas?
Como la niña al otro lado de la puerta del Hotel des Folies Dramatiques, que espía el artista a través de la cerradura en La sangre de un poeta de Jean Cocteau (1932). La de la habitación 21, la de las "Lecciones de vuelo"... aquella niña que una vez que llega hasta el techo ya no quiere bajar y se burla de su dominadora.
O como el pequeño Antoine Doinel de los Cuatrocientos golpes (1959) de François Truffaut, cuando también parece volar en el tambor giratorio... Uno de los participantes del "vuelo" es el mismo Truffaut, por lo que el director va rodando junto con Doinel, su alter ego...
Y cuando uno ha aprendido a volar... ¿cómo bajará del techo? ¿cuándo parará de dar vueltas y vueltas?
(PUNTOS DE PARTIDA)
I
PALABRAS, ganancias de un cuarto de hora arrancado al árbol calcinado del lenguaje, entre los buenos días y las buenas noches, puertas de entrada y salida y entrada de un corredor que va de ninguna parte a ningún lado.
Damos vueltas y vueltas en el vientre animal, en el vientre mineral, en el vientre temporal. Encontrar la salida: el poema.
(...)
Octavio Paz, Libertad bajo palabra (1949)
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