miércoles, 12 de noviembre de 2008

Rememorando un instante




Hablando el otro día de un insólito y precioso arco iris de otoño decía que a veces uno quisiera captar ese instante fugaz en el que se vive una sensación única. Capturarlo a partir de una imagen, lo cual no siempre es posible. Por ello buceo en esa gran memoria visual que es la red de redes para ver si encuentro una imagen que rememore uno de mis recuerdos favoritos de la ciudad de la luz. Pero no la puedo encontrar igual.

La segunda vez que viví en París lo primero que hice fue montarme en el metro y parar en la estación de Tuilleries para poder volver a sentir el típico golpe de viento a la salida del subterráneo. Levanté la vista y saludé a la dorada estatua de Juana de Arco en la place des Pyramides, ante el telón del Hotel Regina, la rue de Rivoli y el Museo del Louvre, mientras el sol me abrazaba por la espalda en ese momento justo del atardecer. Algo que había hecho muchas tardes seis años atrás, en automático camino a un maravilloso centro de documentación donde cada día me sumergía, feliz, entre los libros de sus estanterías. En ese preciso momento volvía a rememorar todos esos golpes de viento, los saludos dorados, los abrazos de sol. Me embargó entonces una gran emoción.

A veces aparece como un rayo en mi memoria cuando me topo con París o cuando suenan las maniobras orquestales de unos tambores al galope, rítmicos y contundentes. Los de la Dama de Orleans.

16 comentarios:

Ramón Monedero dijo...

Teneis suerte aquellos que habeis podido vivir durante un tiempo en el extranjero y más aún en una ciudad como Paris (deduzco por tu entrada que has vivido un teimpo en Paris). Yo no tengo recuerdos aasí. Mis recuerdos en ciudades extranjeras son fugaces, como la de un vistante extraño que abre los ojos todo lo que puede para retener en su memoria el mayor tiempo posible entornos diferentes, gentes distintas, ciudades insólitas. Yo no tuve esa suerte.

Athena dijo...

Yo soy una cobarde para salir sola por cualquier ciudad que no conozca. Y no tengo sentido de la orientación. A todo ello se une un sentido del ridículo enorme si me pierdo. Supongo que todo esto se curaría dejándome sola en mitad de una aldea perdida de, qué se yo, la India o algo así.

Wunderkammer dijo...

Ramón, es verdad que fue una suerte, aunque fueron sólo unos meses.

Athena, en eso no coincidimos (ya es raro, ¿eh?) Tengo buen sentido de la orientación y me encanta poder pasear en soledad por una ciudad y descubrir cosas nuevas. A veces con un pelín de adrelanina subida, claro.

Poder hacer así rincones sólo míos. Observar a la gente e inventarme historias de sus vidas en mi cabeza. Y luego transcribir sensaciones en libretas.

(hoy estoy algo poética...)

Athena dijo...

A los de nuestro signo les encanta organizar viajes. A mí me gusta viajar, pero no organizar. En general, no valgo para todas estas cosas. Y en cuanto a la orientación..., hoy mismo me he perdido por el pueblo en le que trabajo.

sushi de anguila dijo...

Me encanta callejear por ciudades ajenas... La última en ser hollada con mis caminatas, la cosmpolita y elegante Bruselas.... El truco, bien sencillo, Athena.... llevar siempre contigo una liviana guía con un mapa de lo más completo...no te importará callejaer hasta perderte, como yo he hecho mil veces dejándome llevar...luego, tiras de mapica y vuelves a ubicarte.... Chupao...

Ramón...no sabes cómo cunde vivir varias semanas en una ciudad extranjera.... prueba algún verano la experiencia...merece la pena...

Ramón Monedero dijo...

Sushi, creeme que está en mis planes. De todos modos en una semanita y poco (vamos el finde del 21 parto para Londres. Visita relámpago, ni 48 horas. En mi línea... Pienso exprimir cada minuto. Ya os contaré.

Wunderkammer dijo...

Ramón, ya nos contarás. Menuda suerte.

Yo he estado en Londres dos veces pero fue por cuestión de trabajo y fui deprisa y corriendo. Me encantaría vivirla con detenimiento.

Anónimo dijo...

Una ciudad saboreada desde dentro no tiene nada que ver con otra vista deprisa y corriendo. Nunca estaré lo suficientemente agradecido a quien nos enseñó realmente Paris.

La imagen que tenía mi mujer de esa ciudad antes de sumerjirse en ella era totalmente diferente a las buenas palabras que ahora le dedica. Ahora bien, los franceses por mucho que los mires...

Anónimo dijo...

Lo de la j en sumergir lo pasas por alto ¿no? (la prisas, ya sabes...)

Wunderkammer dijo...

:D ;)

sushi de anguila dijo...

Enhorabuena, Ramón. Me alegro un montonazo por ti, compañero. Sé que sabrás sacarle jugo al viaje...cuando uno pilla las cosas con tantas ganas. Wunderk, Londres, y no es por chinchar, es una pasada, te rechiflaría... pero si hubieras tenido, como yo, la oportunidad de vivir un mes en Oxford... ufffff... Such a paradise!!!

Ramón Monedero dijo...

Prometo una entrada en mi blog sobre Londres que seguró, tendrá tintes cinematográficos. Qué le voy a hacer...

Wunderkammer dijo...

Sushi, la gracia es que pasé un verano completo en East Middlands. Pero sin embargo visité Londres de formar relámpago.

De ahí hice excursiones a Cambridge (quién hubiese podido estar un mes entero en Oxford), Stratford-upon-Avon, patria de Shakespeare, el castillo de Warwick, pasé una semana en Glasgow y visité un día Edimburgo, Derby... Y en otro viaje también tuve ocasión de pasar unos días en Colchester, donde está la Universidad de Essex.

Me encanta el Reino Unido. Las costumbres, las casas, el inglés, los pubs, la cerveza, el té ... y hasta he tenido la suerte de conocer a ingleses estupendos. Por no hablar de mi afición por la literatura inglesa que hacía que estar simplemente en esos escenarios ya valiera la pena.

Uno de mis sueños sería volver a pasar un verano completo allí, lo que ocurre es que no es tan fácil alquilar casas para unos pocos meses.

Antonio Rentero dijo...

Esa plaza guarda muy gratos recuerdos para mi pq bajos los soportales y junto al Regina esta Cityrama, empresa de estas que organizan rutas turisticas, visitas a museos y tours urbanos, y en mi viaje de novios casi todos los dias recalabamos por alli pq era mas sencillo comprar ahi las entradas a museos como el cercano Louvre o el delicioso d´Orsay(vas en grupo al museo y entras sin hacer colas a la hora que te asignan), los tickets para los Bateaux Paresienne, reservas para cenar en el restaurante Jules Verne de la Torre Eiffel o para que te recojan en e hotel y te lleven a cenar al Moulin Rouge...

Un poco demasiado "de turista" pero ademas de perderse y callejear disfrutando como un enano por al Barrio Latino, Montmartre, etc, a veces tb es muy util llegar a un sitio donde en 5 minutos te lo han resuelto todo... y siempre teniamos a la brillante Juana de Arco a nuestro lado.

De Paris luego descubres por tu cuenta rincones preciosos en la isla de S. Luis, por Saint Germaine... el restaurante con mirador de las galerias La Samaritaine...

De todas formas yo me decanto mas ciudades como Londres o Turin, lo malo es que no me gusta tanto el frio y la lluvia, asi que seguiremos visitandolas como turista.

Wunderkammer dijo...

La verdad es que la estatua puede parecer demasiado dorada en un primer momento pero yo le tenía mucho cariño porque además de mi atracción desde pequeña por Juana de Arco también estaba en el sitio donde tenía que ir a investigar cada tarde.

Qué casualidad que estuviera ahí esa empresa turística... y qué romántico, un viaje de novios a París...

Antonio Rentero dijo...

Pues si, lo "pasemos" mu bien...

-¿Pasemos?
-Si, disfrutemos, gocemos...

;-)

Creo que asi por aqui cerca y salvo Venecia pocas ciudades pueden ser mas romanticas. De hecho en Venecia fue donde conoci (y "pasemos" nuestras primeras horas juntos, perdidos por sus callejuelas) a la que fue mi mujer, asi que ya lo siguiente era Paris, claro ;-)