El cine murciano está de luto desde ayer. Ha muerto el profesor y periodista Antonio Crespo, director de uno de los más grandes cortometrajes que se hayan producido en la región, Una aventura vulgar (1953). Rodado en 16 mm., cuenta la historia de un hombre que pierde un billete de lotería, así como todo su periplo por la Murcia de entonces a la búsqueda desesperada de la fortuna. Enclavado dentro de la estética neorrealista, muy al uso del cine italiano de entonces, fue todo un éxito en el Festival Nacional de Cine Amateur de Barcelona de aquel año al conseguir cuatro premios.
Juan Francisco Cerón, al frente del Aula de Cine de la Universidad de Murcia, y con ocasión del cincuenta aniversario de la película, editó en 2003 un estudio y un facsímil de Encuadre, revista cinematográfica murciana de altísima calidad que se publicó entre los años 1956 y 1958 y que fue dirigida por el propio Crespo. Una pequeñísima colaboración en aquel proyecto me permitió conocer a un hombre muy trabajador, con una extraordinaria cultura y una gran modestia.
Se ha ido un genio, un gran pionero del cine amateur y, a la postre, del cine español. Pero nos quedan sus obras, sus libros, sus películas y muy especialmente aquellas grandes secuencias en blanco y negro realizadas con muy pocos medios pero con dosis ingentes de sabiduría. Descanse en paz.
Primer fotograma: corresponde a un momento de la película cuando el director tuvo que rodar en picado y desde un balcón un atropello. Las personas que pasaban por allí, sin saber que se rodaba una película, actuaron como improvisados y asustados extras de la misma.
Juan Francisco Cerón, al frente del Aula de Cine de la Universidad de Murcia, y con ocasión del cincuenta aniversario de la película, editó en 2003 un estudio y un facsímil de Encuadre, revista cinematográfica murciana de altísima calidad que se publicó entre los años 1956 y 1958 y que fue dirigida por el propio Crespo. Una pequeñísima colaboración en aquel proyecto me permitió conocer a un hombre muy trabajador, con una extraordinaria cultura y una gran modestia.
Se ha ido un genio, un gran pionero del cine amateur y, a la postre, del cine español. Pero nos quedan sus obras, sus libros, sus películas y muy especialmente aquellas grandes secuencias en blanco y negro realizadas con muy pocos medios pero con dosis ingentes de sabiduría. Descanse en paz.
Primer fotograma: corresponde a un momento de la película cuando el director tuvo que rodar en picado y desde un balcón un atropello. Las personas que pasaban por allí, sin saber que se rodaba una película, actuaron como improvisados y asustados extras de la misma.
8 comentarios:
Genial todo lo que cuentas (lo del rodaje del accidente... ¡alucinante!) de un personaje entrañable, amable y encantador a más no poder, memoria viva de esta ciudad en el siglo que nos dejó. Tuve la suerte de entrevistarle un par de veces (una de ellas en el Museo Arqueológico, posando divertiso entre los escudos nobiliarios dispuestos en el patio de entrada hoy reconvertido en cafetería de moda al aire libre) y pocas veces me he sentido tan enriquecido en lo personal y lo profesional....
Nadie conocía como él esa Murcia de la Belle Epoque que reflejaba la incipiente prensa de entonces, con sus anécdotas e historias... cuando ayer leí la noticia de su muerte, me quedé triste a más no poder... Una gran pérdida para la cultura y el periodismo de Murcia...
Lo has bordado, Sushi... ¡Qué pena que nos quedemos sin personas de esa talla! ¡y qué pena no haber disfrutado más de su sabiduría!
Y Una aventura vulgar es una absoluta maravilla. No sólo es memorable esa escena del atropello en el Plano de San Francisco, también lo es el intento de suicidio del protagonista desde la Torre de la Catedral de Murcia (cuando he leído hace poco 1969 de Tristante con un pasaje parecido recordé al pronto este genial corto), o cuando va sumergiéndose por las callejas del Este de la ciudad hasta llegar al enorme vertedero (si no me equivoco ahora se correspondería con ese espectacular jardín lleno de palmeras en pleno barrio de la Paz), que es casi como una bajada a los infiernos, en su búsqueda del boleto perdido...
Un saludico.
Siempre es una pena perder a alguien de la tierra...
Vi "Una aventura vulgar" en los cursos de doctorado. Luego me tocó hacer un pequeño trabajo sobre un corto llamado "Al que le toca... le ha tocao" y comparé ambos. El director de este corto estuvo presente cuando me tocó exponer el trabajo y se quedó alucinado, ja, ja, ja. ¡No había visto la obra de Antonio Crespo! A mí me vino que ni pintado para sacarle chicha al trabajo :)
¡Hombleeee! (que diría mi sobri)...
¡el amigo Perea!
¡Grandísimo cineasta murciano!
Cuanto te toca... te ha tocao es una joya así que se lo debió pasar requetebién haciendo aquel trabajo.
Fue muy fácil, porque es una "españolada" en el buen sentido, y así lo dije. Perea me comentó que parecía que me había metido en su cabeza, ja, ja, ja. Menos mal que acerté, porque estando el autor delante...
Lo que todavía hace un poco más triste su desaparición es que su figura haya pasado por algunos sin que se percataran de su existencia.
Ramón, eso mismo pensaba yo ayer. Se va una persona que es un pozo de sabiduría sin que la gente se percate de lo importante que ha sido para la cultura, el periodismo y la memoria de esta región.
Tranquilos, que cuando se constipe Belén Esteban ya le dedicarán monográficos y programas especialesss sin freno....
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