miércoles, 18 de febrero de 2009

Aki no kure / Salvo el crepúsculo


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No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni guante;
tállame como un sílex, desespérame.
Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos.
Ven a mí con tu cólera seca de fósforo y escamas.
Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces.
No me importa ignorarte en pleno día,
saber que juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.

Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
Lo que nadie te pide: las espinas
hasta el hueso. Arráncame esta cara infame,
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.

Paris, 1951/1952


Julio Cortázar, Salvo el crepúsculo

2 comentarios:

sushi de anguila dijo...

Genial lo de doña Ingrid delante de la imagen de la Doncella de Orleáns... los pelos ocmo escarpias, Wunderk....

JAJAJAJA...La palabra de verificación es COOFF (menudo carraspeo!!!)

Wunderkammer dijo...

Querido Sushi, es verdad que es genial esa imagen... así que la repito en una nueva entrada y meto un rollo sobre Jeanne/Ingrid.

Queda a usted dedicada, como buen contador de historias que es ;)