Rubén Darío fue un poeta inmenso, una bendición para nuestra lengua y una sensibilidad exquisita que le llevó a crear esa rara belleza de sus versos. Nadie como él para combinar métricas distintas y atreverse incluso a emularel metro clásico en su Marcha Triunfal. De su amor a nuestra cultura y cosmovisión hispana, cabe recordar su oda a Roosevelt hoy tan políticamente incorrecta,que casi no se menciona pero, por encima de todo, su canto a la belleza constantemente repetido, una de cuyas muestras, la poesía cuyo final reproduces.
2 comentarios:
Hace dos días tuve la suerte de poder visitar un castillo por el que Rubén Darío habría pagado su mejor canción... :)
Rubén Darío fue un poeta inmenso, una bendición para nuestra lengua y una sensibilidad exquisita que le llevó a crear esa rara belleza de sus versos. Nadie como él para combinar métricas distintas y atreverse incluso a emularel metro clásico en su Marcha Triunfal. De su amor a nuestra cultura y cosmovisión hispana, cabe recordar su oda a Roosevelt hoy tan políticamente incorrecta,que casi no se menciona pero, por encima de todo, su canto a la belleza constantemente repetido, una de cuyas muestras, la poesía cuyo final reproduces.
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