sábado, 1 de octubre de 2011

La carta

Se interrumpió, jadeante. Una mezcla inaudita de crueldad, rabia y dolor desfiguraba su rostro, que no parecía humano. ¡Quién podía imaginarse que una mujer tan serena, tranquila y refinada fuese capaz de una pasión así! Mr. Joyce retrocedió un paso. Atónito, se la quedó mirando. Aquello no era un semblante, sino una máscara odiosa. Oyeron una voz que llamaba desde otra habitación, una voz fuerte, alegre y amiga. Era Mrs. Joyce. 
- Ven Leslie... Ya está preparada tu habitación. Debes de estar muriéndote de sueño.
Las facciones de Mrs. Crosbie fueron serenándose poco a poco. Las pasiones que se retrataban tan claramente en su rostro se desvanecieron como se estira un papel arrugado, y al cabo de unos instantes su rostro ofrecía la franca y serena expresión de siempre. Estaba un poco pálida, pero sus labios se curvaban con una afable y atrayente sonrisa. Era una vez más la mujer distinguida y bien educada de siempre.
- Ya voy, Dorothy querida. No sabes cuánto siento molestarte de esta manera.
Fin
La carta (William Somerset Maugham, 1929)

Aquí abajo dos interpretaciones. Fantástica la de Jeanne Eagels, nominada al Oscar aquel año con carácter póstumo. Murió a los treinta y nueve años por una sobredosis de heroína. Su foto, que da inicio a la entrada, fue tomada en 1921. En 1957 Georges Sidney dirigió una película basada en su vida protagonizada por Kim Novak.
La Carta (1929, Jean de Limur)

La carta (1940, William Wyler)

2 comentarios:

sushi de anguila dijo...

Tremenda y sugerente esta primera versión de 'La Carta' que desconocía, y que encierra para mí una doble sorpresa: muy buena tiene que ser la novela original de mi admirado W.S.M. o así debió parecérselo a algún avispado productor para llevarla al cine en el mismo año de su publicación y encima, como uno de los primeros filmes sonoros de la historia...

Gracias por redescubrirme a Jeanne Eagels...queda meridianamente claro al escuchar su vehemente voz que ella no tuvo esos problemas de timbre y dicción que supuso para muchos intérpretes la introducción del cine sonoro, a los que tan magistral y cómicamente se referían en 'Cantando bajo la lluvia'....

Desasosegante sería la palabra que para mí mejor define la versión de Wyler...

Wunderkammer dijo...

Ay, aquellos años veinte... parezco el protagonista de Medianoche en París de W. Allen, jeje.
Me resultan curiosas esas películas de aquella década que luego fueron versionadas en el Hollywood de finales de los cuarenta y cincuenta.
Bette Davies siempre daba un toque de sosiego a las películas en lasque participaba, desde luego.
Descubrí la foto de Jeanne Eagels que encabeza la entrada y al indagar sobre ella llegué al gran Maugham, a William Wyler y a Kim Novak... las cosas de la red. O del hipertexto, que nos diría Lola Gracia ;)
Besicos, Sushi!!