domingo, 31 de octubre de 2010

Al andar cantaban Eterna Memoria

LIBRO PRIMERO
Primera parte
EL RÁPIDO DE LAS CINCO
1

Andaban, y al andar cantaban Eterna memoria. Los pies, los caballos y el soplo del viento parecían continuar el cántico cuando se detenían. Los transeúntes abrían paso al cortejo, contaban las coronas y se santiguaban. Los curiosos, metiéndose entre las filas, preguntaban:
—¿Quién es el muerto?
Y les respondían:
—Zhivago.
–¡Ah! Entonces se comprende.
—Pero no él. Ella.
—Lo mismo da. ¡Dios la haya perdonado! Lujoso entierro.
Transcurrieron los últimos minutos, contados e irreversibles.
El sacerdote, con el ademán de la bendición, arrojó un puñado de tierra sobre María Nikoláievna. Se entonó Por el alma de los justos. Después comenzó una terrible carrera. Cerraron el ataúd, lo clavaron y lo bajaron a la fosa. Tamborileó sobre la caja la lluvia de las paletadas de tierra arrojada apresuradamente con cuatro palas, hasta que se formó un pequeño túmulo. Sobre él se encaramó un niño de diez años.
Sólo en ese estado de necia insensibilidad que suele producirse en los entierros solemnes puede parecer plausible que un chiquillo quiera pronunciar unas palabras sobre la tumba de su propia madre.
Levantó la cabeza y desde el túmulo abarcó con mirada ausente los desiertos campos otoñales y las cúpulas del monasterio. Contrajo levemente el achatado rostro y alargó el cuello. Si hubiese sido un lobezno el que levantara la cabeza con aquel ceño, hubiérase dicho que estaba a punto de aullar. El chiquillo se tapó la cara con las manos y prorrumpió en sollozos. Una nube que acudía hacia él comenzó a golpearlo sobre las manos y la cara con los líquidos azotes de un helado chubasco. Un hombre se acercó a la tumba; vestía de negro, y las mangas estrechas y ceñidas formaban pliegues en sus brazos. Era el hermano de la difunta y tío del chiquillo que lloraba, el sacerdote Nikolái Nikoláevich Vedeniapin, fuera de su ministerio a petición propia. Se acercó al chiquillo y se lo llevó.
Borís Pasternak, El doctor Zhivago (1956)

Y aquí un fragmento de la película de David Lean (1965), uno de los pasajes más impresionantes y líricos de la historia del cine... tan apropiado para un día como el de mañana.

4 comentarios:

Nictea dijo...

"Contados e irreversibles", qué hermoso...

Wunderkammer dijo...

Sí, Nictea, lo son... y certeros además. Los últimos momentos son siempre contados e irreversibles.
Si impresionante es la secuencia de David Lean, también lo son estos párrafos de Pasternak...

Robin dijo...

Lo cierto es que no he leído nada de Boris Paternak. Tampoco me gustó mucho doctor Zhivago (la peli), sobre todo, porque la primera vez que la ví, me sentía un poco tonta, y explicaré el motivo.

Para empezar, mi abuelo me empezó pero chica, no reconoces el Moncayo, y claro pues yo no lo reconocía, para nada. Además, algunas de las estaciones, son las de la zona, que mi abuelo se conocía (era ferroviario) a la perfección. Por supuesto, la opinión unánime de mi abuelo es que para imaginarse y creerse que aquello era la estepa rusa, y el Moncayo los Urales, había que ser tonto... Pues bien, a mí me parecieron efectivamente la estepa rusa y los Urales. Es más, hay quien dice que en algunos de los vagones se les pasó, y está escrito Renfe... pero ni he tenido ganas, ni me ha apetecido volver a ver la película desde mi más tierna infancia.
Y si a eso sumas que aunque no lo recuerdo debe de ser una película de llorar dramón y demás... pues no la he vuelto a ver, y ni tan siquiera recuerdo el argumento porque me dormí a trozos.

Aunque he de decir que el trozo que has seleccionado es muy bonito.
Un saludo

Wunderkammer dijo...

Yo vi la película en su momento en Sábado Cine. Era muy pequeña pero recuerdo verla con mi abuela hasta las tantas y me dejó muy impresionada.
Las veces que la he visto después me ha seguido encantando. Recuerdo que la última me llamó la atención cómo cada vez que va a aparecer Lara todo empieza a llenarse de luz y, por supuesto, suena el famoso "Tema de Lara". Se ve muy bien en la secuencia del bosque.
Es muy curioso que se rodara en España, sí. Esta secuencia del entierro fue grabado en la provincia de Granada. Creo que todo lo demás fue en los alrededores de Soria e incluso en Madrid. Habrá que repasar esos vagones de la RENFE :D
Yo te recomiendo que la veas otra vez y de una, Robin, merece realmente la pena y no creo que te defraude.
Aunque tu abuelo viera el Moncayo yo también me imagino como tú las estepas rusas y los Urales sin problema. Pero es verdad que en "Los girasoles", también de esos años más o menos, sí se respira un ambiente "más ruso" pues sí fue rodada allí.
Un saludico.