lunes, 7 de diciembre de 2009

Rhett, un grande del cine y la literatura


Ahora que estamos inmersos en pleno puente de la Inmaculada me acuerdo de los grandes peliculones de sobremesa, esos que una disfrutaba una y otra vez bajo la manta calentita en un cómodo sofá. Y, claro, nunca faltaba en un buen "acueducto" esa gran película norteamericana que arrasó en los óscars de 1939 y que fue la primera en color de la historia del cine, Lo que el viento se llevó (Gone with de wind, Fleming, Cukor, Wood, 1939). La primera vez que conocí la historia fue gracias a mi tía materna, que al igual que le ocurre a una prima mía (ésta por parte de padre), tiene una especial habilidad para contar historias de forma gráfica, absolutamente adornada pero fiel. Recuerdo incluso aquella noche, en el portal de la casa de Torrevieja, bajo un cielo que antes era mucho más estrellado de lo que desgraciadamente es ahora. Tengo la novela, la cual leí hace mucho tiempo, así como las secuelas contemporáneas, Scarlett (Alexandra Ripley, 1991) y Rhett (Donald McCaig, 2008), muchísimo más lograda la segunda que la primera. La novela de McCaig tiene la virtud de aproximarse de manera mucho más fiel a la historia y de construir de forma muy verosímil la posible vida del personaje de Rhett Butler desde su infancia. Sin tintes extremadamente rosas, como sí  peca la de la Ripley, y denotando un gran conocimiento de la historia norteamericana, como ocurría con la novela original de Mitchell.

Rhett Butler es uno de los grandes protagonistas de la literatura y del cine universales. Junto con Darcy, Edward Rochester y Heathcliff ocupa el pabellón de los personajes masculinos que más han atraído los suspiros de las lectoras de todos los tiempos. Un chico malo y mujeriego pero terriblemente encantador que se enamora de una mujer calculadora, rebelde y con mucho carácter, Scarlett O'Hara. Rhett es el prototipo de hombre hecho a sí mismo que posse un gran magnetismo propio de los caballeros sureños. Su frase más célebre es la que sigue al famoso portazo: "Francamente, querida, me importa un bledo" ("Frankly, my dear, I don't give a damn"). Una frase que estuvo a punto de no aparecer debido a la censura y que le costó mucho dinero a su famoso productor para que finalmente permaneciera en el guión.

Siempre le tuve un cariño especial a este personaje interpretado por el gran Clark Gable y puede que ese amor me lo transmitieran mi propia tía y mi madre, que siempre han insistido en lo que les recordaba el actor a su padre. Baste decir que mi abuelo murió un 13 de noviembre de 1971, justo un mes antes de que yo naciera.

Lo curioso de esta historia, que tan bien traduce los hechos que acontecieron en la guerra de Secesión norteamericana, es que fue escrita en 1929, cuando Margaret Mitchell, su autora, tuvo que estar un tiempo en reposo por una fractura de tobillo. El editor Macmillan Hatham, de paso por Atlanta en 1935, conoció a Mitchell gracias a una amiga y se llevó su pesado manuscrito escrito en una vieja máquina de escribir Remington. Ella no tenía intención de darlo a conocer pero parece ser que lo hizo por amor propio, ante el comentario de otro amigo que se burló de ella diciendo que seguro que era incapaz de escribir. El editor obligó a la escritora a terminar la novela, que quedó definitivamente concluida en 1936, año en el que el productor David O. Selznick compró los derechos para poder llevarla al cine.

Lo que pasó después lo sabemos todos. Se convirtió en una auténtica leyenda y hoy es una de las grandes películas de toda la historia del cine. Y con ello Rhett Butler se convirtió en uno de los grandes personajes masculinos de todos los tiempos.

P.S. Aunque Lo que el viento se llevó no fue estrictamente la primera película en color, ya que la primerísima sería La feria de las vanidades (1935) dicen las enciclopedias de cine que fue con la gran obra de Selznick, verdadera alma máter de la película, cuando el color alcanzó su plenitud artística.

14 comentarios:

SIE dijo...

¡Pero qué grande! (espero que no te importe que te coja un trocito para mi tumblr -mi zapping bloguero-)

Wunderkammer dijo...

SIE, lo que necesites, para mí es un honor :D

Martha Cold dijo...

Genial la entrada!!! Como bien cuentas, vi la peli unas cuantas veces con mi abuela, enamorada perdidamente de Glar Gable, como ella le llamaba, y cuando mis primos y hermanos huían despavoridos al ver el comienzo de la peli, yo me la tragué una y otra vez con ella. Aún hoy me trae su recuerdo, pero Rhett- Gable se ha hecho un huequecito en mi corazón. Me ha encantado recordarlo ;)

Luis Gonzalez dijo...

Una vez más Wunderk nos sorprendes. Una gran entrada sobre la película más famosa de la historia del cine y su protagonista Reth, un tema que aunque se ha hablado y escrito mucho nos aportas con tu encantador toque personal datos de la película y de su autora que yo al menos desconocía.

Curioseando en la red he encontrado que Clark Gable aceptó protagonizar Lo que el viento se llevó para poder divorciarse de Rehea Langhman y casarse con el amor de su vida, Carole Lombard. Los 100.000 dólares que cobro sirvieron parar pagar el divorcio. Carole Lombard falleció en un accidente al poco tiempo de casarse con Clarck, pero se puede decir que gracias a ella el Reth Butler que todos conocemos es Clark Gable.

Afterimago dijo...

una entrada genial, wunder!! hay que ver cómo se nos pega el cine a los recuerdos!! lo que el viento se llevó era la peli con la que siempre iniciábamos el nuevo año, todos los 1 de enero... ese día que casi parece una hoja en blanco en el calendario.
si la frase legendaria de gable es "francamente, querida, me importa un bledo", la de leight es, para mi "ya lo pensaré mañana"... qué gran película!!!!

Athena dijo...

Hay actores que parecen haber nacido para un papel, y Gable es Rhett como Leigh es Scarlett. Mi abuela (veo que todas las abuelas aparecen en esta entrada, ja, ja) llamaba a Clark Gable "el fresco". Y tenía razón: su sonrisa pícara es su característica y nadie mejor que él para encarnar a un chico malo de la literatura, si bien es ella la mala. Al menos Rhett tiene un corazoncito que Scarlett parece no haber poseído nunca :P

Athena dijo...

Por cierto: ¿qué tal una entrada en "Lecturas Reunidas" sobre la trilogía de "Lo que el viento se llevó"?

Rufus T. Firefly dijo...

Yo quisiera añadir, si se me permite, aun a riesgo de resultar intrusivo, un galán de novela olvidado hoy en día. Quizá porque la película superó en fama al original, y que sin embargo lo complementa con la soberbia interpretación de Laurence Olivier. Me refiero al Maximilian de Winter de "Rebecca" de Daphne Du Maurier. Misterioso, retorcido, atractivo en su atormentada esfera de sufrimiento contenido en un mar de sombras y presencias no nombradas de su augusta Manderley.

Athena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Athena dijo...

Nada de intrusivo, tiene toda la razón. Además, "Rebecca" está en mi sección de "pendientes de leer" :)

Wunderkammer dijo...

# Martha, a mi abuela también le gustaba, más teniendo en cuenta que "Glar Gable" se parecía a mi abuelo y por lo visto también tenía mucho encanto.

# Rick, gracias como siempre. Vuestros comentarios son los que realmente engrandecen las entradas. Hay muchas cosas curiosas en torno a esta película, como las que apuntas (también es significativo que le dieran el secundario a Hattie McDaniel y no a Olivia de Havilland, siendo éste el primer oscar a una mujer negra). Me has recordado que hace tiempo que quería hablar dentro de mi serie de "parejas de cine" de Gable y la Lombard. Voy a ver si creo un apartado en etiquetas porque ya he hablado de unas cuantas (Cooper/Stanwyck, Grant/Hepburn, Bogart/Bacall, etc.). Gracias por la inspiración (últimamente no tengo mucha).

# After, es cierto, la frase de Clark Gable no está completa sin la de Vivian Leigh, "Ya lo pensaré mañana...". No sabes bien lo mucho que me identifico con la frase de Escarlata.

# Athena, a ver si me animo a esa reseña... lo mismo la hago esta Navidad y así rompo la inercia de comentar siempre libros policíacos.

# Rufus, no es usted para nada intrusivo, bienvenido. Tiene toda la razón del mundo, es imperdonable el haber olvidado en este podium de chicos malos y atrayentes de la literatura a Maximilian de Winter. Athena, venden desde hace unos meses en los kioskos la novela, así que se la puede comprar... Lástima que haga años que no nos veamos que si no se la compraba y se la daba (la he visto últimamente en el kiosko de al lado de la plaza de Juan XIII, en la misma acera que El patito feo, si quiere se la compro y se la dejo a mahn en el casillero. Aunque lo mismo la tiene ya...).

Gracias a todos por vuestros comentarios.

Agustín Alcaraz Peragón dijo...

¡Genial! La entrada, Mr.Butler y Mr. Gable. Me han dado ganas de volver a ver la peli, y creo que lo haré ya (bueno, esta tarde mejor). Como curiosidad diré que, pese a reconocer el extraordinario trabajo de Clark Gable, siempre he pensado que era un papel "escrito para" Humphrey Bogart. ¿Te lo imaginas?

Wunderkammer dijo...

Señor Ventimiglia, pues la verdad es que no me imagino a Mr. Bogart de Butler... tiene un aire demasiado neoyorquino como para hacer de caballero sureño. Vale que Clark Gable era un chico del Midwest ("gaditano" de Ohio)... pero soy incapaz de imaginar otro Rhett.

Voy a colocar aquí el párrafo en el que aparece por vez primera Rhett Butler en la novela, descrito a través de los ojos de Scarlett... es un párrafo genial:

"Mientras charlaba, reía y lanzaba rápidas miradas al interior de la casa y al jardín, sus ojos cayeron sobre un desconocido, solo en el vestíbulo, que la miraba fijamente pero con tan fría impertinencia que despertó en ella un sentimiento mixto de placer femenino por haber atraído a un hombre y de turbación porque su vestido era demasiado escotado. No le pareció muy joven: unos treinta y cinco años. Era alto y bien formado. Scarlett pensó que no había visto nunca a un hombre con unas espaldas tan anchas ni de músculos tan recios, casi demasiado macizo para ser apuesto. Cuando sus miradas se encontraron, él sonrió mostrando una dentadura blanca como la de un animal bajo el bigote negro y cortado. Era moreno, y tan bronceado y de ojos tan ardientes y negros como los de un pirata apresando un galeón para saquearlos o raptar una doncella. Su rostro era frío e indiferente; su boca tenía un gesto cínico mienras sonreía, y Scarlett contuvo la respiración. Notaba que aquella mirada era insultante y se indignaba consigo misma al no sentirse insultada. No sabía quién era pero sin duda alguna aquel rostro moreno revelaba una persona de raza. Aquello se veía en la fina nariz aguileña, en los labios carnosos, en la frente y en los grandes ojos."

Bogart era demasiado delgado, no tan "macizo" como lo describe la Mitchell. Vale que Gable no tenía la nariz aguileña pero aún así... esos ojos, esa sonrisa es la de Clark Gable. A lo mejor en lo de la mirada burlona y en la cara... Pero la verdad es que no, no me puedo imaginar a otro que no sea "ÉL".

Athena dijo...

Totalmente de acuerdo con Wunderk. Parece un papel escrito para "El Rey".