Brenda Starr, reporter, fue un famoso cómic que inició su andadura en el año 1940. Su autora fue Dale Messick, que trabajó para el Chicago Tribune Syndicate. A pesar de su éxito y a causa de los muchos prejuicios que debió vencer por ser mujer, sus tiras cómicas no se publicaron diaramente en el Chicago Tribune, aunque sí en la edición dominical del famoso periódico. La intrépida periodista pelirroja, con un espectacular físico a lo Rita Hayworth, se hizo tan famosa que todavía en los años ochenta del siglo XX Messick seguía escribiendo las historietas, aunque fueran ya otras artistas las que las ilustraran. La última edición data de enero de este mismo año.
Yo la conocí por la película realizada en 1989 y protagonizada por dos de los actores que siempre y de forma fiel han participado en mis propias películas. Sí, sí, esas que yo imagino cada vez que leo un libro, especialmente cuando cae en mis manos una historia romántica que se preste a ello. Uno es Timothy Dalton, por aquel entonces en pleno auge de su carrera, gracias a su papel de James Bond en The Living Daylights (1987) y en Licencia para matar (1989). La otra es Brooke Shields, a la que yo tengo comparada con Monica Bellucci, en el sentido de ser dos grandes bellezas que no han hecho grandes películas y que han estado siempre desaprovechadas (más la primera que la segunda, claro).
Timothy Dalton hacía del enigmático Basil St. John, con un parche en el ojo que le daba esa apariencia tan sexy y Brooke de la atractiva pelirroja que recorre el mundo para escribir sus peculiares reportajes periodísticos. Siempre pensé que tenían mucha química pero puede que fuera porque era una pareja que yo llevaba tiempo imaginando en mi cabeza. Se cuchicheó por aquel entonces que también lo fueron en la vida real pero a la Shields siempre le supusieron relaciones de lo más inverosímiles, así que, a saber... (nada más hay que recordar a Georges Michael o a Michael Jackson... en fin...). Sea como fuere siempre han conformado una pareja de cine... aunque sea solo y exclusivamente para mí.
Brenda Starr (Robert Ellis Miller, 1989)
Yo la conocí por la película realizada en 1989 y protagonizada por dos de los actores que siempre y de forma fiel han participado en mis propias películas. Sí, sí, esas que yo imagino cada vez que leo un libro, especialmente cuando cae en mis manos una historia romántica que se preste a ello. Uno es Timothy Dalton, por aquel entonces en pleno auge de su carrera, gracias a su papel de James Bond en The Living Daylights (1987) y en Licencia para matar (1989). La otra es Brooke Shields, a la que yo tengo comparada con Monica Bellucci, en el sentido de ser dos grandes bellezas que no han hecho grandes películas y que han estado siempre desaprovechadas (más la primera que la segunda, claro).
Timothy Dalton hacía del enigmático Basil St. John, con un parche en el ojo que le daba esa apariencia tan sexy y Brooke de la atractiva pelirroja que recorre el mundo para escribir sus peculiares reportajes periodísticos. Siempre pensé que tenían mucha química pero puede que fuera porque era una pareja que yo llevaba tiempo imaginando en mi cabeza. Se cuchicheó por aquel entonces que también lo fueron en la vida real pero a la Shields siempre le supusieron relaciones de lo más inverosímiles, así que, a saber... (nada más hay que recordar a Georges Michael o a Michael Jackson... en fin...). Sea como fuere siempre han conformado una pareja de cine... aunque sea solo y exclusivamente para mí.
Brenda Starr (Robert Ellis Miller, 1989)
2 comentarios:
¡Vaya sorpresa! Menos mal que contigo me pongo al día. Ignoraba la existencia de esta película que promete ser una preciosidad.
Gracias. Tus escritos siempre tan interesantes con esa estética y buen gusto que te son inherentes
En realidad es bastante mala, jaja. Pero a mí me hace gracia, especialmente por lo de la pareja protagonista. ¡Gracias por tus palabras!
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