"Barbara tomó un sorbo de su martini. El vidrio de la copa estaba helado, y la bebida muy fría y caliente al mismo tiempo.
-Mira qué rápido se han terminado las bebidas -dijo-. Se han tomado dos mientras nosotros esperábamos la primera. Sé cómo se siente ella, he hecho eso yo misma en alguna que otra ocasión.
-Bueno, ¿y por qué ha salido con él?
-Seguro que comparte piso con otras dos chicas y quiere librarse de ella un rato. No lleva medias, probablemente sus compañeras se las han cogido todas prestadas.
Sidney entrecerró los ojos.
-Tiene unas piernas bonitas. Seguramente es una de las razones por las que él ha salido con ella.
-¿Cuáles son las otras?
-Dímelas tú.
-No -repuso Barbara-. Tú hablas en nombre de los hombres.
-Parece tan aburrido ahora mismo que yo diría que solo quiere llevársela al catre.
-Pobrecilla. El año que viene ya estará casada; siempre es igual.
-Pero no con él.
-Ni hablar."
Rona Jaffe, Lo mejor de la vida (1958)
El pasado fin de semana leía en el Magazine el artículo de Javier de Muelas sobre la aclamada obra de José Luis Garci, Beber en el cine. De inmediato recordé un libro que leí esta Navidad, Lo mejor de la vida de Rona Jaffe, escrito en 1958 y que ha servido de inspiración a series míticas de televisión como Sexo en Nueva York y Mad Men (sí, Athena, sé que debería haber escrito una reseña en Lecturas Reunidas). Me llamó la atención la de veces que aquellas mujeres de la década de los cincuenta que por fin comenzaban a independizarse gracias a trabajos como secretarias -por desgracia casi nunca bien remunerados y aún peor considerados- aparecían bebiendo copas y más copas a lo largo de todo el día. Mujeres que han de luchar por demostrar que son más que meras secretarias, madres y/o esposas y que tienen la misma capacidad, creatividad e inteligencia en el mundo de los negocios que los hombres. Y el mundo que aparece en el libro, muy bien pergeñado, es el de la industria editorial y el de la incipiente industria del diseño publicitario.
La novela de Jaffe fue todo un éxito en su momento y curiosamente el tiempo no la ha tratado mal, más bien al contrario: aquellas chicas que perseguían ambiciones en la ciudad que en aquel entonces era el centro comercial, financiero y artístico más importante del mundo, no se diferencian mucho de las que imaginara Candace Bushnell para su famosa columna de Sex and the City. Nueva York era la libertad soñada: "Las jóvenes ya no se quedaban en casa pudriéndose de aburrimiento, y menos aún si vivían en un lugar como Port Blair". Habitan un decorado con vida propia en el que la gente persigue altas metas, que para las protagonistas de Rona Jaffe llegan a ser muy inalcanzables, terminando casi todas por abandonar, en más de un sentido, aquel estruendoso y fascinante lugar y por ende, su sueño original.-Mira qué rápido se han terminado las bebidas -dijo-. Se han tomado dos mientras nosotros esperábamos la primera. Sé cómo se siente ella, he hecho eso yo misma en alguna que otra ocasión.
-Bueno, ¿y por qué ha salido con él?
-Seguro que comparte piso con otras dos chicas y quiere librarse de ella un rato. No lleva medias, probablemente sus compañeras se las han cogido todas prestadas.
Sidney entrecerró los ojos.
-Tiene unas piernas bonitas. Seguramente es una de las razones por las que él ha salido con ella.
-¿Cuáles son las otras?
-Dímelas tú.
-No -repuso Barbara-. Tú hablas en nombre de los hombres.
-Parece tan aburrido ahora mismo que yo diría que solo quiere llevársela al catre.
-Pobrecilla. El año que viene ya estará casada; siempre es igual.
-Pero no con él.
-Ni hablar."
Rona Jaffe, Lo mejor de la vida (1958)
El pasado fin de semana leía en el Magazine el artículo de Javier de Muelas sobre la aclamada obra de José Luis Garci, Beber en el cine. De inmediato recordé un libro que leí esta Navidad, Lo mejor de la vida de Rona Jaffe, escrito en 1958 y que ha servido de inspiración a series míticas de televisión como Sexo en Nueva York y Mad Men (sí, Athena, sé que debería haber escrito una reseña en Lecturas Reunidas). Me llamó la atención la de veces que aquellas mujeres de la década de los cincuenta que por fin comenzaban a independizarse gracias a trabajos como secretarias -por desgracia casi nunca bien remunerados y aún peor considerados- aparecían bebiendo copas y más copas a lo largo de todo el día. Mujeres que han de luchar por demostrar que son más que meras secretarias, madres y/o esposas y que tienen la misma capacidad, creatividad e inteligencia en el mundo de los negocios que los hombres. Y el mundo que aparece en el libro, muy bien pergeñado, es el de la industria editorial y el de la incipiente industria del diseño publicitario.
"April vio las luces de la ciudad a lo lejos, y sin saber por qué eso le produjo una tristeza inmensa. Era la primera vez que al ver Nueva York, al saber que entraba una vez más en la ciudad de sus sueños, no le embargaba la emoción. Estaba demasiado nerviosa para tener sueño, pero se sentía muy cansada. ¡Qué complicada se había vuelto la vida! En aquella ciudad había tanta gente, haciendo cosas distintas, cada cual con su propia vida y sus anhelos, tan diferentes de los del vecino... eso te obligaba de vez en cuando a detenerte y mirar alrededor para encontrar tu propia identidad".
Pero a pesar de los anhelos y rutinas, las decepciones y amarguras, la esencia de Nueva York penetrará bien en las cicatrices del alma, tanto de las que no se conforman con los giros inesperados que da la vida como de las que conformándose ven cómo la vida les depara una salida sorprendente. Porque otra bandada de jóvenes volverá a habitar la ciudad, generación tras generación, persiguiendo una meta, "con una copa en la mano", con una maravillosa sensación de libertad e invulnerabilidad, de ser invencibles y poderosos, como bien expresa la famosa canción que tan bien cantara Frank Sinatra:
Start spreadin' the news,
I'm leavin' todayI want to be a part of it,
New York, New York...
These vagabond shoes
Are longing to stray
Right through the very heart of it,
New York, New York...
I wanna wake up in a city
That doesn't sleep
And find I'm king of the hill,
Top of the heap...
These little town blues
Are melting away
I'll make a brand new start of it,
In old New York...
If I can make it there,
I'll make it anywhere
It's up to you,
New York, New York...
I want to wake up in a city
That never sleeps
And find I'm A-number-one,
Top of the heap,
King of the hill,
A-number-one...
A-a-a-nd if I can make it there,
I'm gonna make it anywhere
It's up to you,
New York, New York...
New York...
12 comentarios:
Muchas gracias Wunderk por esta maravilla de entrada, y sobre todo en mi caso porque tratas de una época y una ciudad que me apasionan.
Desconocía la novela que nos traes, por eso al leer el post, al margen de las referencias a “Sexo en Nueva York” y sobre todo a “Mad Men”, a mi me ha recordado no me preguntes porque, a la película del “El apartamento”, al reflejar también esa vida frívola vida nocturna de Nueva York que imagino que se trata en la novela, ciudad divertida pero que al mismo tiempo puede resultar dura y solitaria, cuando te paras y ves que ninguno de los objetivos que te llevan a la gran ciudad son alcanzados.
IMPRESIONANTE!!!!!
Desconocía la existencia de esta maravillosa novela y todo lo que acarreó su publicación. Estoy con Luis en que la señorita Fran Kubelic encajaría como anillo al dedo entre nuestras chicas neoyorquinas predilectas...
Y como remate, el gran Frankie... Lo dicho, insuperable post!!!
By the way, a quién le toca la nueva parte por el todo?
Mato a blogger o a la red... se me acaba de borrar la gran parrafada...
Bien... Decía que... Luis, Sushi, sabía que os iba a gustar la entrada, por vuestra común admiración por la serie Mad Men (no os perdáis la entrada sobre la publicidad en aquella época en el blog de Luis: http://mitontodromo.blogspot.com/2011/01/lucky-strike-its-toasted-origen-del.html).
La novela está muy bien escrita y se lee muy rápidamente, no obstante la misma Rona Jaffe fue editora jefe, por lo que es prácticamente una novela autobiográfica (comienza en 1952 y fue publicada en 1958).
A mí me recordó a la generación de mi madre, salvando las grandes distancias de aquellos años entre Estados Unidos y España. Chicas de todas clases sociales que comenzaban a estudiar y a trabajar, casi todas ellas con la meta de casarse pero también de realizarse profesionalmente... aunque en aquellos momentos todavía faltase mucha lucha para alcanzar la codiciada igualdad. Chicas que en aquel Nueva York de entonces ahorraban para su ajuar, la mayoría o que simplemente luchaban por demostrar su valía profesional, toda vez que accedían a los bienes de una nueva sociedad de consumo y de supercrecimiento económico: la moda, los accesorios y por supuesto, el tabaco, el alcohol y el sexo.
Las protagonistas son Caroline Bender (que yo imaginé como una elegante e inteligente Audrey Hepburn, el alter ego de Rona Jaffe), la enigmática Gregg (que se mueve en el mundo Broadway y que imaginé como una Paltrow o una Blanchett), la bellísima y optimista April (que sin duda es una Marilyn Monroe) y la más desencantada de todas, Barbara (mujer separada con una hija, trabajadora y realista, que yo imaginé como una Ava desprovista de su disfraz de femme fatal).
La novela tuvo tanto éxito que hasta se rodó una película basada en ella en la que aparecía Joan Crawford y hasta la ABC produjo en 1970 una serie:
http://www.youtube.com/watch?v=flZ14xZylsQ
Y sí, aunque hay algunas historias más tristes y otras más alegres, en el fondo siempre hay un desencanto que recuerda a "El apartamento".
Lo que más me gustó fue ese protagonismo de la ciudad en sí, como cada capítulo comienza describiendo la city en un determinado momento (el otoño, la navidad, una celebración)... al igual que ocurre en Sexo en Nueva York.
Sushi, creo que le toca Ahtena en la parte del todo.
Voy a grabar el rollo para no perderlo...
Tengo como asignatura pendiente ver al completo Mad Men... seguro que hay algún personaje creado por Rona Jaffe que se deja caer por la serie (con total seguridad personajes femeninos como Peggy, Jane, Joan...)
un post impresionante, wunder, de verdad. desconocía el libro pero me voy a hacer con él porque estoy segura que me va a encantar. gracias por todos estos descubrimientos!!! besos
Conozco esa novela, es una versión mucho mejor que las de Jacqueline Susan. Por cierto, me encanta la portada.
Precisamente acabo de ver una gran película con mucho cóctel y mucho jazz en el New York de los 50: "El dulce sabor del éxito" con Burt Lancaster. Borgo.
Querida After, ¡estoy segura de que te va a encantar!
Miquel "Borgo" Z., mil gracias por tus recomendaciones. No he leído a J. Susan y no recuerdo si he visto la peli que citas de Burt Lancaster pero voy rápidamente a buscarla. A mí también me encanta el diseño de la cubierta de la edición de bolsillo.
ya tengo ganas de que se acabe el verano, y eso que ni siquiera estamos en primavera, solo por ver la quinta temporada de mad men! a mel gibson han fichado, por cierto, a ver cómo encaja.
Qué post tan maravilloso. Gracias por el amor, el lujo, la novela, frankie, las fotos preciosas, Manhattan
Magnífica entrada. Acabo de descargarme la novela de Rona Jaffer en PDF y en Word para mi lector electrónico, ya te diré.
La serie Mad Men de la que nada sabía me está haciendo pasarlo en grande. La gran calidad de forma y fondo no podía ser menor estando detrás la BBC. No solo he encontrado valores estéticos y un gran fresco de los años 50 y posteriores que yo tengo la "ventaja" de recordar incluido el impacto en España de los hechos de carácter histórico cuando sucedian, (Nixon-Kennedy) y los sociales con un retardo temporal entre nosotros (v.g. la "pildora"), sino incluso temas de calado intelectual en la inteligencia del protagonista buscando las motivaciones que inducen a comprar productos, con un instinto allende la mera "técnica de marketing"
Gracias de nuevo por tus sugerencias, siempre tan fructíferas.
Me alegro de que os haya gustado, yo creo que el libro no os decepcionará ;)
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