Kiekakaru inori
kaze ni aorare nagara
sore demo tomori tsuzukete
watashi ga ikudo mo motsure nagara
hieyuku te de
tsukuru suna no oshiro wo
machibuseta nami ga sarau
Mientras, la oración que parece que se desvanecerá pronto,
es llevada en olas por el viento,
sin descanso continuo,
iluminándola, mientras me vuelvo a equivocar.
iluminándola, mientras me vuelvo a equivocar.
Las olas se recuestan en la espera,
se llevan el castillo de arena
que construí
que construí
con manos heladas
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