Recuerdo el choque eléctrico, como un "terremoto", la primera vez que vi la famosa secuencia de Gilda cantando Put the Blame on Mame:
When they had the earthquake in San Francisco
Back in nineteen-six
They said that ol' Mother Nature
Was up to her old tricks
That's the story that went around
But here's the real low-down
Put the blame on Mame, boys
Put the blame on Mame
Back in nineteen-six
They said that ol' Mother Nature
Was up to her old tricks
That's the story that went around
But here's the real low-down
Put the blame on Mame, boys
Put the blame on Mame
Gilda (Charles Vidor, 1946) es una película fascinante y perversa que siempre estuvo entre mis favoritas. Una historia turbia famosa por su misoginia y que, sin embargo, fue producida y escrita por mujeres. Con una carga de profundidad y una ambigüedad que cuando era pequeña se me escapaba pero que en cierto sentido intuía.
Como Encadenados de Hitchcock, del mismo año, nos encontramos ante una historia llena de electricidad. Aquí, Gilda es una mujer no tan fatal que ha de sobrevivir a la pasión y al amor-odio que siente por el contradictorio Johnny Farrel (Glenn Ford, fantástico) y a la extraña relación que éste tiene tiene con el frío Ballin Mundson (George Macready). La víctima de dos extraños hombres que como bien dice Garci, nunca están a su altura.
Una película que es genial en todas y cada una de las secuencias, con unos diálogos de matrícula y ante un decorado que en el fondo poco importa, como es el de un casino de Buenos Aires, donde se imbrica una historia de pasiones con otra cuya simple misión es imprimar en la misma unas sutiles veladuras de cine negro y de espionaje.
Y qué decir sobre Rita Hayworth... nunca el cine alcanzó cuotas tan altas tan solo ante su espectacular belleza y sensualidad.
Como Encadenados de Hitchcock, del mismo año, nos encontramos ante una historia llena de electricidad. Aquí, Gilda es una mujer no tan fatal que ha de sobrevivir a la pasión y al amor-odio que siente por el contradictorio Johnny Farrel (Glenn Ford, fantástico) y a la extraña relación que éste tiene tiene con el frío Ballin Mundson (George Macready). La víctima de dos extraños hombres que como bien dice Garci, nunca están a su altura.
Una película que es genial en todas y cada una de las secuencias, con unos diálogos de matrícula y ante un decorado que en el fondo poco importa, como es el de un casino de Buenos Aires, donde se imbrica una historia de pasiones con otra cuya simple misión es imprimar en la misma unas sutiles veladuras de cine negro y de espionaje.
Y qué decir sobre Rita Hayworth... nunca el cine alcanzó cuotas tan altas tan solo ante su espectacular belleza y sensualidad.
8 comentarios:
Realmente Gilda es espectacular, y la secuencia cantando put the Blame on Mame increíble.
Cuando la ví siendo una jovencita, esa escena, también me impactó. Inmediatamente caí en la cuenta de que yo nunca sería tan espectacular ni sexy como Gilda, aunque me encantaría. Y casi inmediatamente, caí también en la cuenta de que si a semejante mujer, tan enamorada como está, tan espectacular, tan... la menoscaban de esa manera, que sería de las demás.
Aunque en posteriores visionados he sido mas benévola con Johny Farrel y la bofetada, aquella primera vez, lo odié, incluso mas que Gilda.
Sin duda una gran obra de arte, y coincido contigo en lo de fascinante y perversa... Lo que me ha sorprendido y que desconocía por completo era que fue producida y escrita por mujeres.
Es que menudo bellezón... y aunque me hacía gracia lo de que la gente en aquella época se escandalizara cuando se quita los guantes en cierto lo comprendo porque toda la secuencia es muy sensual incluida la famosa y "sadomaso" bofetada.
Sí, es curioso el que sea una película prácticamente hecha por "mujeres" y a mí lo que más me sorprendió con el tiempo es esa posible relación homosexual de los dos hombres que está latente en toda la película. Teniendo eso presente es cuando se entienden muchas cosas.
Muy bueno el coloquio de Qué grande es el cine, donde explican la ambigüedad de muchas de esas escenas.
Gracias por tu comentario :)
A pesar de los años sigue siendo increíble la sensualidad y la carga sexual (no suelen ir siempre juntas) de la escena (mítica) del guante... ya no quedan Ritas...
Ni Ritas, ni Avas, ni Ingrids...
Ni Katherine Hepburns, que eso sí que es triste :-(
Impresionante...
Me recuerda al anuncio aquel en el que un grupo de viejo decía... "ya no hay mujeres como las de antes"
¡Qué grande es el cine! y ¡Qué grande era aquél programa! (lo digo sin ironía, que se prolongaba hasta la madrugada, bien entrada, pero un servidor aguantaba para ver el coloquio, interesantísimo)
Fue una víctima más de la estupenda y cultural televisión que tenemos actualmente (ahora sabemos, gracias a los "sabios" que "reformaron" la televisión, que Matamoros se ha hecho un tatuaje en la cocorota pero no se suicida, se va al truyo; que los Campanario están que trinan con Belén Esteban; y muchas otras cosas que se me escapan). Supongo que una víctima política, no sé.
He intentado buscar el listado completo de las películas que se emitieron en aquel programa. En la web he encontrado las 100 primeras.
En cuanto a "Gilda", mi abuelo paterno era un "enamorado" de esa película y de Rita Hayworth (y quien no. Aparte le encantaba Liz Taylor), un hombre culto como era él, al que le encantaba el cine (recuerdo cuando decía "Harold Lloyd..., si ese era de mi época"), como le encantaba la escena de la bofetada...
Y luego está lo de la censura, el tópico que cuentan todos siempre... que decían que no era apta, porque creían que era un desnudo o casi... la escena de "Put the blame on mame".
Efectivamente, ya no quedan Ritas, tristemente.
Muy buena crítica a la TV, Tigre, y qué buen gusto tenían tu abuelo y tu padre con las actrices del cine clásico.
Publicar un comentario