Un western siempre es un western para mí. Es decir, entretenimiento seguro. Parece que Janet got a gun defrauda porque no es la típica película del oeste postmoderna de perspectiva feminista, como la crítica esperaba. No es tampoco una película oscura de violencia como The Hateful Eight de Tarantino. Es más bien la tópica historia romántica de western que se desarrolla entre el presente y los flash-backs. Una presentación temporal que ha sido señalada como una posible debilidad y que puede que fuera más cómoda en literatura que en su visualización en pantalla.
Así que es recomendable para almas que disfrutan de las viejas historias de amor de las Cheryls, tanto las St. Johns como las Reavis. Una más de las historias de amores y decepciones del viejo Oeste. Una simple película para pasar una tranquila tarde de domingo.
Janet got a gun (Gavin O'Connor, 2016)