La mano ya casi ni duele y va costando menos escribir pero aún así me gustaría hacer como Athena, una pequeña recopilación de las lecturas de los últimos tiempos, a guisa de inventario, para no olvidar esas entradas pendientes de incluir en Lecturas Reunidas.
El verano es muy dado a combinar diferentes géneros y a la reincidencia en aquellos particularmente "buenos" para pasar el tiempo, aunque la responsabilidad te llame a leer cosas "más serias". Así que desde la pura bazofia (novelas románticas y escandalosamente infra-históricas), pasando por la novela negra (que siempre me niego a considerarla bazofia) a la más consagrada, he tratado que el común denominador sea un escenario que hasta ahora no había podido transitar pero que siempre fue un anhelo para mí: Berlín. Berlín, con sus contrastes, su dinamismo, su fascinación. Su pasado pero sobre todo su presente y futuro.
Aunque no se vayan a pensar que he podido leer tanto como hubiera querido: que hubo momentos en que sostener el libro con la mano izquierda resultaba bastante doloroso (ay, quién lo pudiera hacer con tanto garbo como Ava Gardner en la fotografía que ilustra la entrada, aunque una sea ya un poco reiterativa en estas cuestiones).
Mi imaginación no solamente ha transitado por los escenarios de Berlín: también ha estado por el recurrente Cornualles, por Sicilia, por Australia y Nueva Zelanda, por California y hasta por Hong-Kong. He aquí el inventario de lecturas:
Berlín: la trilogía de Berlín Noir de Philip Kerr (Violetas de marzo, Pálido criminal y Réquiem alemán) + Una llama misteriosa (la acabé anoche mismo, con Buenos Aires como escenario, además) del mismo autor. Voy por la mitad de Solo en Berlín de Hans Fallada.
Hong Kong: La maestra de piano de Janice Y.K. Lee.
Inglaterra: Para siempre jamás de Lucy Dawson (pensando que era juvenil y de amor y terminando por ser un thriller un tanto sorprendente).
Sicilia: La muerte de Amalia Sacerdote de Andrea Camilleri.
La France: Por el camino de Swann de Proust.
California: El invierno de Frankie Machine de Don Winslow.
Nueva Zelanda: En el país de la nube blanca de Sarah Lark.
Cornualles/Australia: El Jardín olvidado y La Casa de Riverton de Kate Morton (por ese orden y gustándome más la segunda que la primera).
Aunque no se vayan a pensar que he podido leer tanto como hubiera querido: que hubo momentos en que sostener el libro con la mano izquierda resultaba bastante doloroso (ay, quién lo pudiera hacer con tanto garbo como Ava Gardner en la fotografía que ilustra la entrada, aunque una sea ya un poco reiterativa en estas cuestiones).
Mi imaginación no solamente ha transitado por los escenarios de Berlín: también ha estado por el recurrente Cornualles, por Sicilia, por Australia y Nueva Zelanda, por California y hasta por Hong-Kong. He aquí el inventario de lecturas:
Berlín: la trilogía de Berlín Noir de Philip Kerr (Violetas de marzo, Pálido criminal y Réquiem alemán) + Una llama misteriosa (la acabé anoche mismo, con Buenos Aires como escenario, además) del mismo autor. Voy por la mitad de Solo en Berlín de Hans Fallada.
Hong Kong: La maestra de piano de Janice Y.K. Lee.
Inglaterra: Para siempre jamás de Lucy Dawson (pensando que era juvenil y de amor y terminando por ser un thriller un tanto sorprendente).
Sicilia: La muerte de Amalia Sacerdote de Andrea Camilleri.
La France: Por el camino de Swann de Proust.
California: El invierno de Frankie Machine de Don Winslow.
Nueva Zelanda: En el país de la nube blanca de Sarah Lark.
Cornualles/Australia: El Jardín olvidado y La Casa de Riverton de Kate Morton (por ese orden y gustándome más la segunda que la primera).
Y seguro que algún escenario se me olvida...