"Entre los clasicistas y los vanguardistas, los ascetas y los hedonistas: Liu Hsieh, Chambelán del Secretario Adjunto del Palacio de Oriente, cuya obra La razón de la literatura y la escultura de dragones, primer libro extenso de crítica literaria china, promovió la innovación basada en los clásicos: "cambio y continuidad". Liu Hsieh escribió: "Mira el presente y crea lo inusitado; consulta a los antiguos y establece las leyes". Y: "El estilo ha progresado desde la sencillez hasta el solecismo". Cuanto más reciente es el periodo, más insípido resulta. Al esforzarse en lo moderno y descuidar a los antiguos, el viento ha muerto y la vitalidad se ha disipado".
El capítulo vigésimo octavo de los cincuenta que componen el libro se titula "VIENTO HUESO", viento y hueso, y es el más misterioso de todos. Para expresar las emociones se debe comenzar con VIENTO; para organizar las palabras, se debe tener HUESO. Aquél cuya estructura ósea esté bien ejercitada estará bien versado en la retórica: aquél que tenga mucho VIENTO articulará apropiadamente sus emociones. Parecería que VIENTO es sentimiento e ideas y que HUESO es lenguaje, pero Liu también afirma que ser parco en ideas y pródigo en palabras, confuso y desorganizado, es una señal de falta de HUESO. Y, sin embargo, que las ideas sean incompletas, estén agotadas y no tenga vitalidad también es un señal de falta de VIENTO. Qué es VIENTO y qué HUESO no ha sido determinado de manera concluyente por ninguna de las diversas generaciones de críticos chinos, pero lo cierto es que, según Liu Hsieh, la combinación o equilibrio perfecto de VIENTO y HUESO, la metáfora del poema ideal, es un pájaro."
Eliot Weinberger, Algo elemental (2007)